En general, tenemos el problema de que no estamos dispuestos a aplicarnos a nosotros lo que exigimos a los demás.
No es la primera vez que oigo que en un proyecto con metodología ágil, el analista técnico o programador se queja de que el diseño funcional que le entregan no está 100% cerrado al inicio del sprint.
Es decir, ¿sólo usamos el agilismo de cara al cliente o al jefe de turno? ¿No estamos dispuestos a aceptar también los cambios en los documentos de otros compañeros? Hemos de superar el hecho natural de que los demás también se equivocan, aceptar los cambios y gestionarlos como tales, no como un problema al que se asigna un culpable.
Sólo cuando estemos dispuestos a aceptar que el trabajo en equipo tiene estas cosas, podremos realmente llevar adelante proyectos con éxito. Porque el éxito no significa "sin problemas". Significa superarlos, y poner los medios para que no se produzcan, no buscar los culpables para que no nos señalen con el dedo.
Nota: esta entrada está más o menos sacada de un comentario mío en LinkedIn, en respuesta al excelente artículo "El Oportunismo del Agilismo".
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