Hace poco, leía un artículo de ITWorld con un título similar a este que amigo lector, estás leyendo. Y es que el problema es que por un lado, hay que entender que las metodologías ágiles han subido como la espuma sobre todo por un motivo fundamental: gustan a los programadores. Pero al final, quienes han de pagar las facturas son los usuarios y los usuarios no ven con buenos ojos unas metodologías que presentan para ellos varios problemas:
Los usuarios no entienden las metodologías ágiles
Se usan metáforas complejas, conceptos muy novedosos y alejados del mundo de los clientes. El tener que participar para la revisión del producto final en cada iteración, puede ser demasiado para un cliente ocupado que por otro lado, ya ha gastado demasiado en un producto que nunca termina de estar.El término ágil en en sí mismo contradictorio, ya que no siempre implica rapidez. En muchos proyectos, se prefiere abandonar términos y palabras de moda como "ágil" o "scrum", para centrarse en conceptos más simples y cercanos al cliente.
Los usuarios quieren saber cuánto les va a costar el software.
Claro, desde el punto de vista de los programadores, es distinto. Los programadores quieren hacer un software perfecto, que requiera el mínimo mantenimiento, y que acierte al 100% con la funcionalidad deseada. Y si esto es a costa de entregar las cosas más tarde (obviamente, el tiempo se invierte en realizar iteraciones que nos permitan hacer software cada vez más cercano a lo que querían los usuarios), no pasa nada. Pero el tiempo es dinero. Y el precio final, hay que conocerlo. Los clientes suelen funcionar con presupuestos. No tienen el dinero en un cajón y tampoco lo tienen detenido. Cuesta mucho esfuerzo para un cliente presupuestar el dinero requerido para ciertos proyectos, por lo que ahora no sirve volver al consejo de dirección y decirles: "oye, necesitamos más dinero pero no os preocupéis, porque quedan pocas iteraciones y creemos que terminaremos pronto".Los usuarios gustan de lo predecible.
A los usuarios les gusta saber no sólo lo que les va a costar el software. Además quieren saber cuándo va a estar disponible, y mucha más información del producto y proyecto final. Que sea difícil de predecir, no deja de ser algo que es problema de los informáticos, no de los usuarios.Al hablar de iteraciones, los usuarios ven desorganización
En ocasiones, la sensación del usuario es que los informáticos se han rendido a los caprichos de los clientes. "Nos adaptamos a los cambios", decimos. Pero los clientes ven desorganización y falta de control. Y ojo, no nos obsesionemos con que esto no es así. Yo no digo que sea así. Lo importante es que el cliente sí que lo ve así. Y con esto tenemos un problema (unos cuantos ya en este artículo).Los usuarios quieren ver el final
La sensación que percibe el cliente es que las metodologías ágiles llevan a proyectos sin final. Al no existir una fecha cerrada de entrega, sólo tienen claro que se les va a entregar un producto que sigue los requisitos (al menos, eso les hemos vendido durante muchas iteraciones). Pero no saben cuándo. Y necesitan ver el final. Porque muchas veces, cuando tenemos una fecha planificada y nos retrasamos, el cliente se puede poner nervioso. Pero si estamos iterando, aunque nosotros como informáticos entendemos que nos estamos "acercando progresivamente" al producto final...resulta que el cliente no lo ve así. Es posible, muy posible que lo que el cliente vea es un "retraso iterativo", es decir, se están haciendo cambios, y más cambios, pero la fecha se sigue escapando de las manos."¿No eran esto metodologías ágiles? ¿No se supone que tendría que haber terminado esto ya?"
Los usuarios quieren control
Las metodologías ágiles son buenas en entregar cosas, pero el usuario quiere el control, no dejárselo a los programadores. La percepción del cliente es que por mucho que se le involucre en la revisión de historias de usuario que entran en cada iteración, y en la revisión del producto final de dicha iteración...su control es escaso. Y lo que es peor, hay una falsa sensación de control que se confunde con exceso de poder. El usuario tiene el poder de moldear el producto final...aunque esto le lleve a dar bandazos funcionales que en el fondo, no son el control. Porque el cliente no entiende como control añadir y quitar funciones.¿Estamos ante el fin de las metodologías ágiles? Pues no lo creo. Yo llevo usando y conviviendo con ellas desde 1999. El problema es que han pasado de grandes promesas a grandes decepciones. Se puso demasiado énfasis y demasiadas esperanzas en las que prometían ser las grandes balas de plata del siglo 21. Y no han resuelto nada de lo que prometieron. Por supuesto, en los proyectos y clientes que encajan, las metodologías ágiles suponen una ventaja.
¿Qué podemos hacer con los usuarios? Pues como hemos visto en este artículo, los usuarios, el cliente, pueden no entender o incluso ser poco receptivos a las metodologías ágiles. Y es nuestra obligación RESPETARLOS. Sí, no podemos pedir respeto para nuestra profesión, y luego tratar de imponer cosas al cliente, faltándole al respeto. Tenemos que solventar estos problemas con el usuario a base de:
- Disciplina
- Uso consistente y coherente de buenas prácticas
- Educación
- No agobiar al cliente con conceptos ágiles. Usar terminología adaptada al cliente. Somos nosotros los que debemos esforzarnos en hablar su lenguaje, NO AL REVES.
- Formación
- Introducción progresiva de las técnicas ágiles, aun cuando los proyectos no usen metodologías 100% ágiles.
- Flexibilidad. Si el cliente no encaja técnicas ágiles, buscar sustitutos adecuados (sin obsesionarnos con si son ágiles o no, solamente en que sean adecuados al proyecto/cliente).
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